PASIÓN POR LA HISTORIA Despegar paginas acartonadas y amarillas por el paso de los siglos, Tocar papel que ha sido tocado por otras manos hace cientos de años o leer las palabras escritas con trazos imprecisos de otra época es único. Buscar los nombres de aquellos que conforman nuestro origen es extraordinario, pero lo verdaderamente increíble es encontrarlos, saber que están ahí, que a pesar del paso de los años y de los siglos pueden ser rastreados... sólo hay que saber buscar. En breve les iremos contando algunas de nuestras experiencias en estos apasionantes viajes al pasado. ¡Estén atentos!
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Últimamente, realizando varios diseños de árboles genealógicos, hemos visto que son muchas las posibilidades de poder tener visible en tu casa tus raíces, tus apellidos, tus orígenes.
Normalmente, en Esgecan preparamos para nuestros clientes un árbol genealógico personalizado, para que puedas colgarlo en la pared, y con unas medidas que no sebrepasen demasiado los 70x50cm. Pero… ¿y si nos lanzamos a ocupar toda una pared? Desde luego nos hemos enamorado de muchos de los diseños que existen para representar tu árbol, aunque siempre depende de lo original que quiera ser el cliente. Los modelos más comunes utilizan vinilos para pegar en la pared que tú elijas. De este modo puedes tener un gran árbol en tu casa de cuyas ramas crecerán unas preciosas fotografías antiguas. Estos modelos de árboles sirven para pequeñas genealogías, tres o cuatro generaciones como mucho (aunque siempre se puede experimentar con algún modelo de árbol centenario, con multitud de ramas como el de la fotografía de abajo) O incluso, si no tienes ninguna investigación realizada, puedes llegar simplemente a tus abuelos. Tendrás una forma original de enseñar tus fotografías familiares en casa. Si te gustan, anímate, ya que parece muy fácil: consigue todas las fotografías de tus antepasados que puedas, busca una pared vacía en casa, compra un vinilo con la forma de algún árbol que te guste… ¡y a rellenar! Cuando tenemos la investigación genealógica realizada y hemos descifrado nuestra historia familiar, el siguiente paso es decidir cómo podemos presentar los datos que hemos conseguido. Porque no tiene sentido dejar olvidados en el cajón todas esas historias de vidas, los nombres que ya forman parte de nuestra familia o las fotografías que ponen rostros a nuestro pasado. Como sabes, en Esgecan ofrecemos varias opciones para presentar tu investigación, desde el tradicional árbol genealógico, muy visible en tu hogar o lugar de trabajo; o un libro homenaje, en el que aparecen nuestros familiares, los lugares que enmarcaron sus vidas, fechas importantes, partidas originales, fotografías, etc. Pero, ¿te habías planteado otras posibilidades para tener siempre vivible tu historia familiar? Pues aquí te mostramos otra fórmula, que aunque muchos no estén dispuestos a llevarlo, desde luego es muy original. Algunos diseñadores, atraídos también por la genealogía y por la idea de tener muy cerca a sus antepasados, han realizado algunos “collares genealógicos”. Sí, sí... como lo oyes. Un collar que muestra tus ramas familiares con fotografías. Son pequeños camafeos, todos enmarcados de forma única, con los retratos de tus ancestros. Colgando de las paredes y escondidas en los rincones de nuestras casas están las fotografías de aquellos que vivieron antes que nosotros. Aunque aparentemente triviales e irrelevantes, son parte de los registros que van tejiendo la historia de la familia y en definitiva, de la humanidad, y ¿por qué no?, ¡esta es una forma única de rescatarlos!
Para aquellos menos arriesgados, siempre quedan collares algo más discretos, como los que simulan un pequeño árbol o ramas que se unen entre sí donde se engarzan simplemente las iniciales de los nombres de nuestros familiares. Fotos seleccionadas de www.etsy.com. Pero sea cuál sea tu favorito, ambos expresan de forma original que todos somos parte de nuestro árbol genealógico.
¿Te atreverías a llevar el tuyo? ¿Alguna vez te has preguntado cuántos antepasados puedes tener? Si imaginamos nuestro árbol genealógico, muy pronto podremos sentir cierta sensación de mareo al tratar de componerlo. ¿Cuántos bisabuelos tenemos? Rápidamente las raíces de nuestro árbol se ramifican hasta convertirse en un viejo y enorme drago sin apenas pasar de nuestros tatarabuelos. Para poder ir completando el puzzle sin desesperar, lo mejor es utilizar una tabla de ascendientes, en la que, en teoría, deben figurar todos nuestros antepasados: nuestros dos padres, los cuatro abuelos, los ocho bisabuelos, etc., doblando en cada generación el número de los ascendientes de la generación precedente. Si queremos calcular cuántos antepasados podemos llegar a tener, la ley con la que tenemos que operar es la de la progresión geométrica, que nos dice que ocho bisabuelos se convierten en 16 tatarabuelos, en 32 trastarabuelos y en 64 pentabuelos. De tal forma que, una persona nacida en 1950, cuando llegue al año 1500, en su árbol tendrá a 32.767 antepasados. Si se remonta a principios del siglo VIII, tendrá más de 34.000 millones de antepasados, ¡más antepasados que seres viven hoy en la tierra! Pero, ¿cómo es esto posible? Esta fórmula nos da el número exacto de los antepasados que deberíamos tener, pero como es fácil de comprobar, estos números no son reales, ya que no había tal cantidad de personas en el mundo. La inexactitud de estos números se explica por la fuerte endogamia que encontraremos en toda la población. La repetición de los antepasados se dio desde principios del género humano, desde los soberanos de las más altas dinastías hasta las clases más humildes, y acentuándose entre las personas más incomunicadas, que vivían en valles o en islas. Así que no desesperes, como ves, ¡tu familia no es tan grande! Y siempre puedes quedarte en los mil primeros... |
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Enero 2019
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